miércoles, 14 de septiembre de 2016

(Parte 7) RESTAURACIÓN

  RESTAURACIÓN



En una intervención de restauración debemos ser extremadamente cautelosos a la hora de prescribir un tratamiento puesto que el soporte original rara vez queda a la vista y tenemos que guiarnos por pocas referencias y bastante intuición.

Casi siempre observaremos soportes con algunas patologías visibles y muchas veces los veremos con buen aspecto, pero ocultándonos en la mayor de las ocasiones la realidad de su estado.

Debemos asegurarnos mediante una detallada observación del paramento así como con ensayos cuando lo consideremos necesario, del verdadero estado del soporte, puesto que podemos encontrarnos con vicios ocultos difíciles de detectar.



Generalmente, los productos de más calidad son más exigentes en cuanto a la preparación del soporte, por lo que cuanto mejor sea el tratamiento que se pretenda efectuar, más exhaustivo será su estudio.

Lo primero que hay que observar, es si hay desconchamientos y en caso afirmativo, averiguar a qué se deben. Muchas veces nos encontramos con algunos desprendimientos muy localizados debidos a problemas puntuales como una tubería rota o filtraciones de jardineras. En este caso es muy posible que el resto de la fachada esté en buen estado y no hay porque alarmarse.

Sin embargo cuando encontramos desconchamientos de forma generalizada y sin una causa directa aparente, es cuando podemos afirmar casi con total seguridad que la pintura de protección se encuentra en mal estado.


Como en la restauración es donde se dan la mayor parte de las patologías y los soportes son muy variados, en esta segunda parte del artículo vamos a describir de forma más esquemática los problemas y posibles soluciones de manera que asignaremos a cada soporte el tipo de patología que suele darse y como éstas suelen ser comunes, las describiremos en primer lugar para no resultar excesivamente reiterativos.

Patologías más habituales:

Fisuras de asentamiento
Fisuras vivas
Humedad capilar
Humedad por filtraciones
Salitre
Desconchamientos
Decoloración y Caleo
Biodeterioro
Contaminación por Piritas



Soportes más habituales:
Mortero de cemento
Piedra
Ladrillo
Hormigón
Mortero de cal
Mortero monocapa


  FISURAS DE ASENTAMIENTO



Este tipo de fisuras se dan en los edificios nuevos en el momento que entran en carga y se dan solamente una vez. Pertenecen a la clase de fisuras muertas, es decir están estabilizadas y no continúan avanzando una vez alcanzado el punto de equilibrio.

Carecen relativamente de importancia siempre y cuando no afecten a elementos estructurales, es decir que no se vean afectados pilares o vigas.

En este caso sus causas pueden ser muy diversas y conviene diferenciarlas de las grietas.



Las fisuras se originan en las variaciones de longitud de determinadas caras respecto a otras  y derivan de tensiones que desarrollan el material mismo por retracciones o entumecimientos que se manifiestan en las superficies libres. Si existen tensiones superiores a la capacidad de resistencia del hormigón se pueden producir grietas, que generalmente atraviesan de lado a lado el espesor de la pieza.

Identificación de las grietas:

Grietas paralelas a la dirección del esfuerzo, se producen por esfuerzo de compresión. Son muy peligrosas, especialmente en columnas ya que son debidas al agotamiento de la capacidad de carga del pilar y el desplome puede producirse en cualquier momento.

Grietas perpendiculares a la dirección del esfuerzo, indican que la estructura está trabajando por tracción y probablemente esté fallando el apoyo.


Grietas verticales en el centro de la luz de una viga, se originan en esfuerzos de flexión y se deben principalmente a armaduras infradimensionadas.

Grietas horizontales o a 45º en vigas, son debidas al esfuerzo de corte y se originan cuando la sección de apoyo es insuficiente o los hierros se encuentran doblados.


Grietas circulares rodeando las piezas, son debidas a esfuerzos de torsión al no contar con armaduras de refuerzo suficientes para contrarrestarlos.
En todos estos casos, sus soluciones se escapan al espíritu de este artículo, si bien debemos aconsejar recurrir a la ayuda de un especialista debido al peligro que podrían entrañar ignorar estas patologías.













  FISURAS VIVAS



Las fisuras vivas se deben a los diferentes coeficientes de dilatación de los materiales.

Cuando unimos materiales con coeficientes bastante dispares, el resultado son fisuras que reaparecen insistentemente cuanto se tratan de reparar mediante un mortero convencional.

La más corriente es la fisura viva estructural y generalmente aparecen cerca de la estructura en forma de líneas rectas siguiendo los pilares y los forjados, como ya hemos explicado a lo largo de este artículo.

Otra fisura es la fisura del mortero que aparece en forma de craquelado cuando este es muy rico en cemento, rigidizando de tal manera al enlucido, que este no es capaz de acompañar a la fábrica en su movimiento de dilatación.


No debemos confundirla con otra fisura de aspecto muy parecido resultante de todo lo contrario, es decir mezcla degradada por falta de cemento. Si no percibimos este problema, podemos aplicar un tratamiento sobre un soporte inestable con el riesgo que esto supone.

También nos podemos encontrar con fisuras vivas si el edificio se encuentra en una zona de arcillas expansivas y no se ha tenido en cuenta a la hora de diseñar la cimentación.

  HUMEDAD CAPILAR

La humedad capilar es un fenómeno conocido desde la antigüedad. El agua asciende por los capilares de los materiales a raíz de la escasa tensión superficial y su nivel de ascenso depende del nivel freático así como de la cantidad de sales solubles existentes tanto en el terreno como en los materiales.
Tradicionalmente esta patología se trataba de mitigar colocando piedras compactas tanto en la cimentación como en el arranque de la obra, debido a su menor absorción.


Actualmente esto se soluciona mediante hidrofugación e impermeabilización  de los hormigones de cimentación además de la inclusión de drenajes.

Muchos edificios antiguos se ven afectados por esta patología debido a que cambian las condiciones adyacentes, se recrecen las calles, se edifican sótanos contiguos y esto hace que se modifique el nivel freático creando un problema donde no existía antes.

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